Qué es

Un reflejo es un movimiento involuntario, automático y estereotipado que se produce como respuesta a un estímulo. El hecho de que sean primarios hace referencia a que tienen lugar durante el embarazo y el primer año de vida para facilitar que el bebé vaya desarrollando el tono muscular y la fuerza motriz de sus diferentes segmentos corporales y poder así practicar una secuencia de posturas y movimientos, que le van a permitir más tarde desplazarse de forma autónoma, gateando primero y caminando después.

Si por algún motivo el bebé no hubiera podido realizar esta secuencia de movimientos para la que nacemos programados, es muy probable que presente durante la infancia e incluso en la vida adulta una serie de reflejos primarios activos, que se traducen a menudo en dificultades en el control de la postura y la coordinación motriz, la adquisición del lenguaje y el aprendizaje. Estas dificultades se manifiestan en la mayoría de los casos en problemas escolares y conductuales, que suelen ser una señal de alerta.

Señales de alerta

  • Pobre coordinación motriz fina y/o gruesa
  • Dificultad para afianzar la lateralidad
  • Pobre equilibrio
  • Malas posturas
  • Inquietud motriz
  • Hipersensibilidad a estímulos sensoriales (sonido, luz y/o tacto)
  • Explosiones emocionales
  • Dificultad en el control de esfínteres
  • Dificultad en la adquisición del lenguaje oral
  • Dificultad en la adquisición de la lectoescritura

Metolodogía

Para comprobar si existen reflejos primarios activos, realizamos con el niño o el adulto una evaluación inicial.

EVALUACIÓN

Durante la evaluación provocamos los estímulos que activan estas respuestas reflejas primarias y observamos sí el patrón de movimiento del reflejo se reproduce. Los estímulos pueden consistir en realizar presión sobre una determinada zona del cuerpo o en cambios de posición de la cabeza en el espacio.

La aparición o desarrollo de los reflejos primarios sigue una cronología en la que cada nuevo reflejo surge para inhibir el anterior. Nuestra evaluación se basa en esa cronología natural, de modo que un reflejo activo nos indica que los restantes en la secuencia del desarrollo también pueden estar presentes.

TRATAMIENTO

Una vez detectados los reflejos activos:

Planteamos para su integración un programa de movimientos rítmicos. Los movimientos rítmicos son una imitación a posteriori de los que el bebé hubiera realizado para integrar de forma natural los reflejos primarios.

Conseguimos con ellos estimular la red neuronal e intensificar las conexiones entre las zonas cerebrales inferiores, encargadas de la supervivencia, y las superiores, encargadas de la planificación, la autorregulación, la memoria, el razonamiento, el lenguaje y el pensamiento.

De este modo, los reflejos primarios activados por zonas cerebrales inferiores quedan controlados por zonas cerebrales superiores, que inhiben estas respuestas reflejas y nos permiten, por tanto, libertad y autonomía en nuestros movimientos.

La libertad de nuestros movimientos abre la puerta a la coordinación motriz, al control del equilibrio, a la percepción del espacio y del tiempo, al desarrollo del lenguaje y del pensamiento, en definitiva, nos abre la puerta al conocimiento del mundo y de nosotros mismos.

El programa de movimientos rítmicos en edades tempranas se plantea de una manera lúdica y divertida, adaptándose a las necesidades de cada niño/a y de su familia.