Un reflejo es un movimiento involuntario, automático y estereotipado que se produce como respuesta a un estímulo. El hecho de que sean primarios hace referencia a que tienen lugar durante el embarazo y el primer año de vida para facilitar que el bebé vaya desarrollando el tono muscular y la fuerza motriz de sus diferentes segmentos corporales y poder así practicar una secuencia de posturas y movimientos, que le van a permitir más tarde desplazarse de forma autónoma, gateando primero y caminando después.
Si por algún motivo el bebé no hubiera podido realizar esta secuencia de movimientos para la que nacemos programados, es muy probable que presente durante la infancia e incluso en la vida adulta una serie de reflejos primarios activos, que se traducen a menudo en dificultades en el control de la postura y la coordinación motriz, la adquisición del lenguaje y el aprendizaje. Estas dificultades se manifiestan en la mayoría de los casos en problemas escolares y conductuales, que suelen ser una señal de alerta.